psico
Psicoanálisis y nacionalsocialismo: ¿Prohibición o ajuste? ¿Ruptura o continuidad?
Bernd Nitzschke
Prólogo
Leandro Levi
Bernd Nitzschke
concibe la historia del Psicoanálisis durante el
nacionalsocialismo como la de una ruptura con la izquierda freudiana.[1]
Introducir una
nueva indagación a un tema que pone en el centro de la
cuestión la relación del psicoanálisis con las
instituciones y su época (los años del
nacionalsocialismo), como si fuese a tener una relevancia actual, a
pesar de que haya transcurrido casi un siglo, nos lleva a una
dificultad teórica, o al menos pareciera ser necesaria una
justificación que dé cuenta de por qué creemos
conveniente volver a traer una cuestión ya superada. Podemos
responder que el valor que algunos documentos tienen en sí
mismos junto con algunas interpretaciones, dan por resultado que las
generaciones siguientes consideren a los hechos de una manera
determinada, los cuales ya no serán producto del azar sino
determinados por interpretaciones que tienen, seguramente, un fin
político. Es por esto que volver a traer sobre el centro de la
cuestión la relación del psicoanálisis con su
época, nos puede enseñar que la transmisión de la
teoría no se ejecuta por fuera de complejas determinaciones.
Ahora bien, si la traducción que vamos a presentar nos va a
permitir mayor profundidad en el tema o no, será una
cuestión que solo podremos saber luego de un tiempo.
Volver a traer sobre el centro de la cuestión la relación
del psicoanálisis con su época, nos puede enseñar
que la transmisión de la teoría no se ejecuta por fuera
de complejas determinaciones
Quizás
podamos interrogarnos ¿cómo medir la actualidad de un
tema? Y bien, cuando hablamos por ejemplo de S. Freud, una serie de
representaciones se presentan súbitamente en nosotros.
Si mencionamos, en
el seno de nuestra comunidad de analistas, el tema del
Nacionalsocialismo y, nos preguntamos qué fue lo que
ocurrió con el psicoanálisis, no tardaríamos mucho
en escuchar de los miembros de esa comunidad, que una de las
consecuencias fue el exilio de S. Freud. Otra referencia que
seguramente venga a colación es una supuesta nota que Sigmund
Freud habría escrito, con tono irónico sobre la Gestapo,
recomendando «calurosamente su visita». Podríamos
seguir con este ejercicio, y las imágenes que vendrían a
las cabezas de los psicoanalistas nos retratarían una historia
sobre dos caminos divergentes, contrarios, y de una fundada
oposición. El psicoanálisis, cuestión judía
en sus inicios, habría rechazado masivamente al
Nacionalsocialismo mientras que este último por su parte
habría perseguido a esta nueva ciencia por su origen.
En el texto que presentamos a continuación la independencia del
Psicoanálisis durante los años comprendidos por el
Nacionalsocialismo es puesta en cuestión. Con una rigurosa
investigación bibliográfica de revistas y textos de la
época, inhallables en castellano o incluso en Alemán
Pero, y es
entonces que este trabajo cobra todo su valor, estas representaciones
inmediatas nos engañan. En el texto que presentamos a
continuación la independencia del Psicoanálisis durante
los años comprendidos por el Nacionalsocialismo es puesta en
cuestión. Con una rigurosa investigación
bibliográfica de revistas y textos de la época,
inhallables en castellano o incluso en Alemán, al menos en la
Web, el autor afirma que, a pesar de nuestras suposiciones, hubo una
continuidad en el movimiento psicoanalítico. Y relaciona esta
continuidad fundamentalmente a dos cuestiones. Primera cuestión,
es la que incumbe a E. Jones que, desde un lugar dirigencial
favoreció sus propios intereses, haciendo que los miembros
judíos renunciaran «voluntariamente» a la
membrecía de sus respectivas asociaciones. Segunda
cuestión: el propio Freud se habría confundido de enemigo
y combatió contra el comunismo en lugar de identificar al
nazismo como ese enemigo. Es así como el caso W. Reich toma la
espesura de haber sido un ejemplo profundo de esta decisión. Es
así como se nos configura un mapa del movimiento
psicoanalítico que va a hacer lo posible porque el mismo
continuara. Es así como el presente artículo nos muestra
los intentos de algunos miembros de la Asociación
Psicoanalítica Alemana de aprovechar el segregacionismo
alemán para beneficio propio. El intento de salvamento del
psicoanálisis en la época mencionada fue elucidado y
desarrollado también por E. Roudinesco en su reciente libro
sobre la vida de S. Freud. Estas investigaciones tuvieron lugar hace ya
algunas décadas en Alemania y le siguieron en Francia. Los
hechos comenzaron a ser interpretados de otra forma. Es una buena
oportunidad para introducir estas investigaciones en el mundo
psicoanalítico latinoamericano.
Leandro Levi
Ernest Jones, que
durante los años comprendidos entre 1933 y 1945 fue presidente
de la “Asociación Psicoanalítica
Internacional” (API) y estaba abocado a las funciones de
preservar la seguridad institucional, en su biografía sobre
Sigmund Freud nos cuenta en pocas palabras cuál fue el destino
del Psicoanálisis en los años de Hitler: «En este
año (1934) se produjo la fuga de los analistas judíos que
aún quedaban en Alemania y la “liquidación”
del psicoanálisis en este país. Esta fue una de las cosas
realizadas por Hitler con pleno éxito»[2]. La
declaración es concisa, pero falsa. No obstante,
influenció la visión de la historia de la mayoría
de los psicoanalistas. Esto, junto a la quema de libros que
incluyó también los libros de Freud, parecía
confirmar la versión ofrecida por Jones. Con el comienzo de la
década del 80, y gracias a nuevos trabajos de
investigación, surge una consideración diferente de los
hechos. Con esas investigaciones crece una controversia internacional,
que hasta ese momento solo tenía sentido a nivel local:
¿Que ocurrió con el psicoanálisis en la
época de Hitler? ¿Fue «salvado o
«arrasado»? Estas preguntas encontraron diferentes
respuestas en las dos sociedades psicoanalíticas alemanas, tanto
en la fundada en 1910, denominada «Asociación
Psicoanalítica Alemana» (de ahora en más abreviamos
con las siglas APA) [Deutsche Psychoanalytische Gesellschaft], que
luego de los congresos de Zúrich en 1949 y de Amsterdam en 1951,
ya no sería reconocida como parte de la Asociación
Psicoanalítica Internacional (de ahora en más API); como
en la «Organización Psicoanalítica Alemana»
(de ahora en más DPV) [Deutsche Psychoanalytische Vereinigung]
que fue fundada recién en 1950 y que en 1951
reemplazó a la APA en la API.
Durante ese
período la controversia continuó. La pregunta se
generalizó a si los tiempos del nacionalsocialismo representaron
una ruptura en la historia del psicoanálisis o si en cambio se
puede ver en esos años una continuidad. Sin embargo con
esta disputa no se vio afectada la consideración, durante mucho
tiempo difundida, de que al movimiento Psicoanalítico le hubiese
sido arrebatada su independencia durante el nacionalsocialismo. Esta
interpretación debe ser aquí nuevamente puesta en
discusión.
Mi objeción
es que aún antes de que el nacionalsocialismo tomara una
posición central, la independencia del psicoanálisis
había sido ya «arrasada». Los representantes de la
Asociación Psicoanalítica Alemana (APA) hasta el momento
(con el acuerdo de E. Jones y de otros integrantes de la API) ya
habían ido abandonando puestos dentro del psicoanálisis.
Al principio eran tolerados por las instituciones
psicoanalíticas nazis, pero gradualmente fueron relevados. Puede
decirse entonces que durante los años de Hitler no hubo una
prohibición del psicoanálisis en sentido estricto.
Eso es lo que
quiero poner a prueba. Para eso voy a situarme en el período
comprendido entre los años 1933 y 1936, en el que algunos
miembros abandonaron las instituciones, está claramente
ilustrado y ejemplificado por dos acontecimientos notables: el primero
ocurre en el verano de 1933 y es la salida acordada, aunque en un
primer momento secreta, de Wilhelm Reich de la Asociación
Psicoanalítica Alemana (con lo que se vio excluido
también de una posición legítima dentro de la
API). El segundo tiene lugar en el verano de 1936 con la entrada de la
APA en el Instituto Alemán de investigación en
Psicología y en Psicoterapia, conocido como el Instituto
Göring (por Matthias Heinrich Göring, nombrado entre otros
con el título de mariscal). Dos años más tarde, en
1938, se produjo la autodisolución de la APA solicitada por los
Nazis. La APA se iba a llamar de ahora en más «Grupo de
trabajo A», dentro de la dirección del Instituto
Alemán.
La «Asociación Psicoanalítica Alemana» en el camino de la auto-adecuación
El requisito para el ingreso de la APA en el instituto
nacionalsocialista fue la renuncia «voluntaria» de los
psicoanalistas judíos, que a finales de 1935 aún
permanecían como miembros.
El requisito para
el ingreso de la APA en el instituto nacionalsocialista fue la renuncia
«voluntaria» de los psicoanalistas judíos, que a
finales de 1935 aún permanecían como miembros. Para eso
se llevó a cabo una reunión de los miembros de la APA, en
la que también estuvo el Presidente de la API, Ernest Jones. En
su biografía sobre Freud dará cuenta de ello: «Por
ese entonces, fui a Berlín para presidir la sesión el
primero de diciembre de 1933 (en realidad la sesión tuvo lugar
el primero de diciembre de 1935) en la que algunos judíos,
asustados, dimitieron voluntariamente, para salvar a la
asociación de su liquidación»[3]. El hecho de que
la partida «voluntaria» de los miembros judíos fuera
un «intento de rescate» [Rettungsversuch] fue una
interpretación ampliamente difundida. Ana Freud le
escribió en 1936 una carta a E. Jones, en la que se refiere a un
encuentro que tuvo con Felix Boehm, quien por aquel entonces era el
presidente de la APA y que tenía como proyecto incluir a la APA
en el instituto Göring. La carta decía: «Me parece
comprensible que él quiera llevar a cabo ese proyecto. Si no
sale bien, el psicoanálisis no habrá perdido nada
(…) Si salva pequeños grupos de trabajo para el futuro,
habrá sido para bien»[4].
Cuando Erich
Fromm, que por ese entonces ya vivía en Estados Unidos, se
enteró de que había sido excluido de la APA como
resultado de este «intento de rescate», se quejó a
la junta de la APA. El presidente adjunto Carl
Müller-Braunschweig, le indicó en una carta con fecha del
21 de marzo de 1936 que había sido «la libre
elección de todos los miembros judíos» salirse de
la APA y que «por ello es imposible que se trate de una
exclusión»[5]. El 25 de marzo de 1936 Fromm recibe otra
carta del presidente de la API, Ernest Jones, que, como colega, le
compartía la siguiente información: «El Dr.
Müller-Braunschweig me ha transmitido el contenido de su carta, en
la que se queja de la renuncia de los miembros judíos. No es
cierto que hayan sido excluidos (utiliza el término excluir)
sino que luego de una reunión en Berlín que llevó
mucho tiempo (…), en la que yo estuve presente, se iba a decidir
finalmente que teniendo en cuenta el interés general
debía ser anunciada la renuncia de los judíos»[6]
En compensación, Jones le ofreció a Fromm la libre
membrecía a la API.
El intento de
rescate de la Asociación había sido precedido por una
reunión entre el «ario» Boehm y Sigmund Freud. En
ese encuentro de abril de 1933 Freud discutió con Boehm la nueva
presidencia de la APA. Freud estaba de acuerdo con que Boehm se hiciera
cargo de la presidencia junto con Carl Müller-Braunschweig. Eso
sí, antes que nada Boehm debía cumplir con dos
condiciones: primero, debía expulsar de la APA a W. Reich, que
era mirado peyorativamente por Freud como «bolchevique». En
segundo lugar, debía evitar que durante el domino del
nacionalsocialismo los «enemigos internos» como Harld
Schultz-Hencke, que era un crítico de la teoría freudiana
de la libido, pudiera «aprovecharse del instituto para someterlo
a sus propósitos»[7]. Freud tenía el deseo de
expulsar a Reich de la APA y de la API. En una carta del 17 de abril de
1933 le expresó al presidente de la APA, Max Eitingon: «Lo
deseo por motivos científicos y no tengo nada que objetar si por
motivos políticos él quedara en el rol del
mártir»[8]. Los motivos «científicos»
están relacionados con la objeción de Reich a la
teoría freudiana de la pulsión de muerte. Estas
objeciones iban de la mano de las opiniones políticas de W.
Reich respecto al Psicoanálisis, que según él
debería ser utilizado como instrumento de ilustración, y
también como instrumento en la lucha contra el fascismo. Los
motivos políticos sobre los que opinó Freud, en sentido
estricto, tienen que ver con el hecho de que Reich como miembro
prominente de la APA, y reconocido en Berlín como un
psicoanalista comunista, todo esto reunido podría hacer que
prohibieran a la APA misma.
Cuando retorna a
Viena, Boehm llevó a cabo la estrategia que había
convenido junto a Freud. El 6 de mayo de 1933, con
Müller-Braunschweig, se presentaron a elecciones para la
presidencia de la APA, pero perdieron. La mayoría de los
miembros votaron en contra de ambos arribistas y ratificaron (algunos
días antes de la quema de libros) en su cargo al presidente
judío Max Eitingon. Medio año más tarde, el 18 de
noviembre de 1933, Boehm y Müller-Braunschweig, en su segundo
intento, asumieron el poder de la APA, el primero como presidente y el
segundo como tesorero. Como tesorero, Müller-Braunschweig le
exigió a los judíos exiliados que pagaran viejas tasas
adeudadas. Como no las pagaron, el 29 de diciembre de 1936 le
escribió indignado a Jones: «Parece ser que ahora no son
solo las circunstancias económicas las que dificultan el pago de
los deudores, sino que es más bien un resentimiento general
hacia la Asociación Psicoanalítica Alemana conformada a
partir de ahora por miembros no judíos»[9]. Jones
ayudó de buena gana a Müller-Braunschweig en el cobro de
las deudas.
Además de
la exclusión de los miembros judíos y de la
implementación de una junta directiva favorable al
régimen, la Asociación Psicoanalítica
Alemana tuvo que sortear otro obstáculo para poder
sobrevivir al régimen nacionalsocialista. Necesitó de una
prueba de compatibilidad con la ideología nacionalsocialista.
Para ello Boehm, y según le informa a Jones, él mismo
dirigió por el año 1933 algunos encuentros con
funcionarios nazis, quienes pensaban que el psicoanálisis era
una porquería «judeo-marxista». Boehm
convenció a sus compañeros de reunión de lo
contrario, y les hizo reparar en que W. Reich, que figuraba en la lista
de la Gestapo, no representaba al Psicoanálisis, como si lo
hacían Freud y la APA. «Conocido era el hecho de que W.
Reich había actuado frecuentemente y públicamente como
comunista y psicoanalista, diciendo que sus opiniones eran resultado de
su posición de psicoanalista. Tuve que luchar contra el
prejuicio de que las opiniones de W. Reich provenían del modo de
ver de S. Freud y de la APA»[10]. La lucha de Boehm fue exitosa.
Los funcionarios nacionalsocialistas lo exhortaron a viva voz para que
pasara por escrito lo que había defendido oralmente, para
así evitar la prohibición del Psicoanálisis. Este
encargo luego pasó para Müller-Braunschweig, que a
consecuencia de esto redactó un Memorandum, que se
presentó en Haag el primero de octubre de 1933 ante Jones y
otros representantes de la API como Johan van Ophujisen, para que
dieran el visto bueno. Ana Freud también iba a ser informada de
este encuentro, y con una carta enviada a Boehm dio el visto bueno. Al
volver de Haag, Müller-Braunschweig repasó brevemente el
texto del Memorandum, para luego publicar un texto en el Reichwart bajo
el título de «Psicoanálisis y
cosmovisión»[11].
Luego de la
renuncia «voluntaria» a la membrecía a la APA de los
judíos y las judías, terminando el año 1935
empezaba a brillar un nuevo año. Con ello la entrada, que
hacía tiempo se venía planificando, de la APA en el
«Instituto Alemán de Investigación en
Psicología y en Psicoterapia», ya no iba a resultar
molesta para nadie. ¿O sí? Los funcionarios de la APA
pensaban que debían negar su filiación a la API, para
poder ingresar al Institutto Göring. Erraron el camino. En el
año de las Olimpíadas (1936), los valores nazis tuvieron
un reconocimiento internacional. Así pudieron utilizar el
escenario internacional como forma de propaganda. En la carta de un
sitio oficialista se puede leer: «El grupo alemán debe,
ante cualquier circunstancia permanecer en la API, ya que se ha puesto
a trabajar en oposición a la enseñanza freudiana. De
ninguna manera se debe perder la oportunidad, ante un Foro
Internacional, de quitarse de encima la enseñanza freudiana para
así poder ir más allá del espíritu
judío del Psicoanálisis. Debemos aprovechar las
posibilidades de pelear por esto y no dejarlas a un lado»[12].
De este modo, como quisieron los nazis, la APA estuvo de acuerdo en
volver, como ya lo habían acordado, a formar parte de la API, y
permanecer libre de judíos y así formar una tropa cerrada
como Hitler decía en «Mi lucha»
De este modo, como
quisieron los nazis, la APA estuvo de acuerdo en volver, como ya lo
habían acordado, a formar parte de la API, y permanecer libre de
judíos y así formar una tropa cerrada como Hitler
decía en «Mi lucha». Jones nos introduce sobre la
entrada de la APA en el instituto Göring de un modo
lacónico y anecdótico: «El 19 de julio de 1936 me
reuní en Basilea con Göring, Boehm y
Müller-Braunschweig. (...) Encontré en Göring una
persona sumamente amable y dúctil»[13]. Göring, al
cual Jones describió como amable, se refirió en su
discurso que tuvo lugar en el primer encuentro de miembros del
Instituto Alemán, a la cooperación como la base de las
escuelas terapéuticas: «Quien hoy vive en el estado
nacionalsocialista, tiene que tener claro que ahora se trabaja bajo
otras condiciones, que las de antes en el estado liberal. De lo
contrario pueden hacer como los que antes de 1933 vivían junto a
nosotros y ahora están en el extranjero (…). El
nacionalsocialismo tiene ahora todo a su disposición, a toda la
humanidad, también la ciencia (…). Y a los
psicoterapeutas no les tiene que costar creer en la importancia de
registrar la forma en que se ve el mundo[14], ya que sin
cosmovisión no es posible ninguna psicoterapia»[15] .
Luego de haber hecho hincapié en el primado de la
política por sobre la psicoterapia, se refirió al
Psicoanálisis: «Lamentablemente nadie antes que Freud tuvo
el conocimiento del inconciente, del modo práctico en que Freud
lo hizo. La posibilidad de aprender su aplicación se la debemos
a Freud. Su método se ha vuelto un bien común de todas
las psicoterapias». Pertenecen al «bien común»
también: «el sostenimiento de una anamnesis completa, la
exactitud de un diagnóstico, el reconocimiento de lo inconciente
y su fijación en situaciones vitales y en personas de nuestra
infancia, la terapia que permite el volver consciente lo inconciente y
la experiencia de conocer un nuevo contenido de nuestras vidas».
A la par de haber nombrado como bien común al
Psicoanálisis Göring marcó también su
diferencia: «Es también nuestra tarea ir armando en
nuestras ponencias y en nuestras conferencias las diferencias entre la
concepción del mundo judía y la nuestra».
El arte alemán de curar almas. El rumbo del Psicoanálisis en el nacionalsocialismo
Con la entrada en
el Instituto Alemán concluye el proceso de acomodación,
integración y sometimiento, cuyas condiciones negoció
Boehm en conversación con funcionarios nazis en el verano de
1933, y cuyo programa ideológico de acompañamiento
había formulado Müller-Braunschweig en el
«Reichswart». Müller-Braunschweig se remite en su
artículo introductorio «Psicoanálisis y
cosmovisón» a la situación actual como la necesidad
de una «renovación de los valores» que el
Psicoanálisis ha heredado. Luego describe en un lenguaje
comprensible para el lego, el método psicoanalítico, que
obraba más como algo liberador y fortalecedor que como algo
resolutivo. Finalmente retrataba las metas del Psicoanálisis tal
como el hombre de la SA, Gauger, iba a reivindicar medio año
más tarde, en concordancia con la cosmovisión
nacionalsocialista: «el Psicoanálisis convierte a hombres
débiles y blandengues en enérgicos. Para que los hombres
puedan ver la realidad a los ojos, para que puedan administrar sus
pulsiones, para que puedan también contener sus impulsos, para
que las personas egoístas e incapaces de llevar adelante una
vida puedan vivir mejor, y para que aquellos que se victimizan y que
nunca se ocupan por prestar algún servicio puedan cambiar
completamente. Por esto el psicoanálisis es una excelente labor
educativa para prestar un servicio de gran valor a los nuevos
principios en los que ahora se hace hincapié para un modo de ver
la vida que sea heroico y provechoso para la realidad». En la
posdata de una carta a unos colegas que no nombra da aviso de esta
situación del Psicoanálisis: «Debemos admitir que
no en todos los escritos psicoanalíticos publicados, se ha
destacado que ser positivo y creativo son actitudes
fundamentales».
La piedra
fundamental para el porvenir del alineamiento de la terapia
psicoanalítica dentro del nacionalsocialismo se va a enfatizar
en el Congreso de Psicoterapias en Nauheim, en la primavera de
1934. En este congreso va a ser estipulada la conformación
de lo que más tarde se va a llamar Organización de
Psicoterapias (Enseñanza Superior, Formación Profesional
en Medicina, inclusión de la Psicoterapia dentro de la Medicina,
como así también las especialidades psicológicas).
Al mismo tiempo, se organizaron la «Sociedad Alemana de
Médicos para la Psicoterapia» y la «Sociedad de
Médicos del Exterior para la Psicoterapia». En un
periódico sobre Psicoterapias, Zentralblatt für
Psychotherapie, el Órgano de Publicaciones Científicas,
va a definir la tarea de ambas sociedades, a cuyo servicio
también está el periódico, en letra de C.G. Jung:
«la tarea por excelencia del periódico será
(…) llegar a lograr, por medio una apreciación objetiva
de todos los aportes efectivos, la construcción de una
visión en común, la cual va a seguir inspeccionando los
episodios fundamentales del alma humana como lo ha sido hasta ahora.
Las diferencias existentes, razonables y efectivas entre los
judíos y los alemanes, hace ya tiempo conocidas, no deben ser
dejadas de lado nunca más. Lo que para la ciencia no puede ser
más que algo provechoso»[16].
Lo que en una
primera ojeada puede parecer una paradoja, en una consideración
más profunda puede ser reconocido como la construcción
del «arte alemán de curar almas»: La
conformación de esta Psicología estriba en la
selección. Esto quiere decir, en relación al
psicoanálisis que se mantendrá todo aquello que se tenga
por terapéuticamente efectivo, como por ejemplo la
técnica del tratamiento, y se recusará todo aquello que
sea considerado como «judío» o
«judeobolchevique». Esto puede ser denominado como una
teoría cultural o ideal del hombre. En una ponencia titulada
«Psicoterapia y el concepto político del mundo» el
psicoterapeuta y miembro de la S.A Kurt Gauger, estipuló las
coordenadas de un «arte alemán de curar almas»:
«No se trata de recomendar la Psicoterapia por medio de la
utilización de expresiones nacionalsocialistas. Sino que se
trata de saber si la Psicoterapia Alemana y los psicoterapeutas
alemanes tienen la pretensión y el convencimiento suficiente
como para no ser una mera formalidad».[17]
Gauger nos da a
conocer la imagen que él tiene del psicoanálisis:
«El materialismo científico del Psicoanálisis
freudiano está estrechamente vinculado con el materialismo
económico del marxismo». Esto podría llegar a ser
una condena para el psicoanálisis. Aunque por otro lado no lo
fulmina completamente: «No negamos el valor de la Física y
de la Química. Tampoco negamos el valor de algunas de las tesis
del Psicoanálisis freudiano, que ha formulado, casi al modo de
las ciencias naturales, profundas observaciones sobre el alma humana.
¡El rechazo de su concepción del mundo tiene que ver antes
que nada con la interpretación de los resultados de algunas
investigaciones! Dicho de otro modo: no luchamos contra la
Astronomía. Pero vamos a frenar a cada astrónomo, que
quiera utilizar la astronomía científica como arma para
las organizaciones comunistas y antireligiosas». Esto es
así: se va a combatir intensamente a alguien como Wilhelm Reich,
que quiso emplear el psicoanálisis contra el nacionalsocialismo.
Es por esto que en lugar de personas apolíticas, se propone una
psicoterapia políticamente «neutral». Ya que cada
persona tiene sus propios objetivos y cada psicoterapia sus propias
metas de tratamiento, aquellos que tengan preguntas existenciales, van
a ser orientados por medio de una concepción del mundo. No se
arriba entonces, «con la pregunta de la relación entre la
psicoterapia y el concepto político del mundo
nacionalsocialista, a un método para el tratamiento del alma
enferma», sino a las metas mismas del tratamiento.
«Pero a decir verdad, la pregunta por la salud del alma de
nuestros pueblos, es la pregunta crucial del nacionalsocialismo. Tan
crucial que la política exterior está determinada por lo
siguiente: ¡Mejor irse a pique con honor que vivir servilmente!
Después no se sorprenda cuando sugiero la psicoterapia como la
disciplina política por excelencia».
También
Schultz-Henke se ocupó, en un artículo suyo publicado en
1934 titulado «La eficiencia como meta
psicoterapéutica» de la pregunta sobre la concordancia con
la cosmovisión nacionalsocialista. Por su parte,
Müller-Braunschweig con su artículo para el Reichswart y
Gauger en su ponencia para el congreso de Nauheimen intentaron dar las
respuestas. Schultz-Henke hallaba ahora -como los que realizaron sus
ponencias antes que él- el consenso necesario para sus opiniones
neopsicoanalíticas, de que los neuróticos son personas
débiles, a los que se los puede ayudar con una terapia que los
libere de la inhibición, para que se vuelvan fuertes y
eficientes. Ya lo había dejado en claro Müller-Braunschweig
en su artículo en el Reichswart, que teniendo este objetivo
terapéutico no subsistiría ninguna inhibición.
Él demostraba esto con una cita de Freud:
Un malicioso
malentendido, justificado sólo por la ignorancia, es creer que
el psicoanálisis esperaría la curación de los
trastornos neuróticos del “libre gozar de la vida”
sexualmente. Cuando hace conscientes los apetitos sexuales reprimidos,
el análisis posibilita, más bien, dominarlos en un grado
que antes era imposible a causa de la represión. Con más
derecho se diría que el análisis emancipa al
neurótico de los grilletes de su sexualidad. (Sigmund Freud,
Amorrortu 2007. Tomo XVIII. Páginas 247-248)
En este sentido apunta la argumentación de Schultz-Henke:
Existe un
malentendido que ha llevado a la enseñanza de Freud y a sus
alumnos a un desenfreno, que es el de un exceso de especulación,
que lleva a un concepto al extremo, y acaba siendo un desacierto
teórico. En particular la teoría de la líbido que
es una teoría pansexual (…). La teoría de la
líbido debe derrumbarse y con ello toda la especulación y
ese modo de conceptualización que lleva aparejado. Lo que hay de
nuevo entonces es profundizar en el conocimiento de la estructura
nerviosa, esto será siempre maravilloso y sorprendente.
(Harald Schultz-Hencke. Die Tüchtigkeit als psychotherapeutisches
Ziel. Zentralblatt für Psychotherapie 7/1934, 92)
Declaraciones como estas fueron, más tarde, usadas en contra de Schultz-Hencke.
Entre los colegas
que luego de la llegada del nacionalsocialismo tuvieron que emigrar se
desencadenaron una serie de posturas de enojo. Tomando el
artículo del Reichswart del año 1933 W. Reich
escribió:
Como miembro de la
Asociación Psicoanalítica que se vio obligado a
exiliarse, manifiesto que el conocido artículo de
Müller-Braunschweig representa una deshonra para toda la ciencia y
el movimiento psicoanalítico. Bajo la dirección de la
Junta Directiva, la Sociedad Psicoanalítica aspira a formar
parte de la Sociedad de Médicos para la Psicoterapia, cuyo
Führer en el prefacio de la “Revista de psicoterapia”
en diciembre de 1933 explicó: “La sociedad presupone que
todos los escritores y literatos que son miembros activos, han
trabajado con seriedad científica sobre el libro fundamental de
A. Hitler "Mi lucha" y que por ello lo reconocen como un libro
imprescindible. (…)”. Todavía más grande es
la deshonra que siento por el empeño que dedicaron algunos
destacados analistas por adaptarse a esta situación».
(Rundbriefe (1934–1945), Band I. Frankfurt a.M./Basel 1998, 103,
119)
La historia de un olvido
Luego del final del «Reich de los mil años» la forma
de referirse al asunto cambió repentinamente. Ahora, los
psicoanalistas dicen que fueron objeto de una opresión y de una
persecución y ya no sujetos con la intención de adaptarse
a una situación determinada, con el afán oportunista de
mejorar sus carrearas
Jones incluso
afirmó, en un Congreso que tuvo lugar en París en 1938:
«La Organización Alemana (…) se puede sentir
considerablemente complacida de que un gran número de candidatos
hayan sido formados y de que se hayan incorporado también
muchos miembros nuevos[18]». Luego del final del «Reich de
los mil años» la forma de referirse al asunto
cambió repentinamente. Ahora, los psicoanalistas dicen que
fueron objeto de una opresión y de una persecución y ya
no sujetos con la intención de adaptarse a una situación
determinada, con el afán oportunista de mejorar sus carrearas.
En la «Revista de Psicoanálisis» fundada nuevamente,
de la que solo salieron dos números, Müller-Braunschweig se
hace la pregunta: «¿Nuestra empresa requiere de una
justificación?». Responde a esa pregunta él mismo
con las razones de que pudo sostenerse una continuidad a pesar de la
prohibición y de la persecución. «Para nosotros el
nombre de Freud significa el fundador de la moderna Psicología
profunda, que nos ha legado un compromiso. Este compromiso se ha vuelto
aún más fuerte de lo que fue en Alemania tiempo
atrás, en donde su nombre y su obra habían sido
proscritos. El Régimen desencadenó una serie de hechos,
en los que las personas que habían dedicado su vida a la
cuestión del Psicoanálisis, tanto por medio de la palabra
como por medio de textos escritos, fueron obligadas a emigrar. El
Instituto Psicoanalítico de Berlín, fundado a partir de
la Asociación Psicoanalítica Alemana (APA) en 1920, que
había desarrollado una rica investigación y
enseñanza, y que había también pedido ayuda
internacional, tuvo que agachar la cabeza ante los requerimientos del
Régimen y alinearse en 1936 a la Organización Alemana de
Psicoterapia del Instituto Alemán para la Investigación
en Psicoterapia».[19] Müller-Braunschweig no dedicó
ni una palabra de disculpa para los expatriados. Ni una palabra contra
las medidas que se impusieron contra los judíos y las
judías, y con las que hicieron que la Asociación
Psicoanalítica Alemana se pudiera incorporar al Instituto
Alemán.
¿Pero
qué pasó con el texto de Müller-Braunschweig en el
Reichswart, luego del final del Régimen de Hitler? Fue olvidado.
Y hubiese permanecido en el olvido de no ser porque Helmut Dahmer lo
encontró en el año 1983, lo volvió a publicar y lo
comentó. Luego de que se volviera a publicar el artículo
del Reichwart aparecieron contribuciones de asociaciones
políticas sobre la historia del Psicoanálisis durante la
época de Hitler en donde el texto no es ni siquiera mencionado
o, solamente es tenido en cuenta como elemento que banaliza el debate
entre Psicoanálisis y Psicoterapia. Así, por ejemplo, en
el artículo de Müller-Braunschweig se menciona que
«la política no ha influido objetivamente en la sustancia
del Psicoanálisis». Y continúa diciendo que
«El psicoanálisis fue reducido a una psicoterapia».
«No hubo ninguna concesión» para con el
régimen nacionalsocialista, sino que con ello ha continuado
“la vieja línea de Berlín”»[20].
También Schultz-Hencke continuó con su trabajo luego de
1945 como si nada hubiera ocurrido. En el 16º Congreso
Internacional de Psicoanálisis, que tuvo lugar en Zürich en
1949, dio una conferencia con el título de «Desarrollo y
porvenir de los conceptos psicoanalíticos», en donde
critica el uso metafórico de los conceptos
psicoanalíticos, y la analogía entre la experiencia
infantil y la del adulto enfermo. En su libro «Teoría y
práctica del Psicoanálisis[21]» Thomä y
Kächelellaman, diez años después, con una mirada
retrospectiva: «La crítica a la teoría de la
líbido y a la metapsicología expuesta por Schultz-Hencke
en el primer congreso de la Asociación Psicoanalítica
Internacional luego de la guerra, no provocaría hoy
ningún escándalo, ni irritaría a nadie, sino que
sería compartida por muchos psicoanalistas»[22]. En Zurich
en el año 1949, Müller-Braunschweig, que luego de la guerra
se convirtió en el Presidente de la refundada Asociación
Psicoanalítica Alemana, vio este asunto con otros ojos.
Aprovechó la situación favorable para criticarlo en una
conferencia denominada «El neoanálisis de Schultz-Hencke
puesto en consideración por el Psicoanálisis». Con
ello Schultz-Hencke quedó en el lugar de haber sido el prototipo
de los psicoanalistas que habían entregado el
Psicoanálisis al régimen de Hitler. En cambio
Müller-Braunschweig quedó en el lugar de ser un aliado de
los viejos días, en los que todavía era presidente E.
Jones. Así pudo dar la apariencia de haber sido uno de los pocos
analistas que permaneció bajo el mando de Hitler «true,
real, genuine analysts[23]»[24].
Esta puesta en
escena tuvo muchas ventajas: Müller-Braunschweig quedó como
el que una vez más, junto con Boehm, «salvó»
el psicoanálisis de W. Reich. Con esto también
sería ahora el «salvador» ante Schultz-Hencke. En
Zürich, luego de la situación en la que E.Jones
quedó posicionado como el que contribuyó a
«salvar» el psicoanálisis durante los tiempos de
Hitler ya no hicieron más preguntas. E. Jones se guardó
para sí lo que sabía acerca de Müller-Braunschweigs
cuando el colega británico John Rickman, viajó a
Berlín en 1945 para, en entrevistas secretas, investigar acerca
de la posición política de los psicoanalistas alemanes.
J. Rickman clasificó la posición política de
Müller-Braunschweig como «gris oscura», tan poco
amistosa como lo fue la posición política de Boehm, a la
que también denominó como «gris oscura cuando no
completamente oscura». Por eso recomendaba, durante los tiempos
del nacionalsocialismo no formar parte de ningún cargo en las
organizaciones psicoanalíticas. Sin embargo E. Jones no
compartió esa información en el Congreso de Zürich.
En lugar de eso, tiempo después, le encargó a
Müller-Braunschweig la formación de un nuevo grupo, la
Organización Psicoanalítica Alemana, cuyo primer
presidente sería él mismo (Müller-Braunschweig);
luego de lo cual iba a abandonar la presidencia de la APA, de la cual
Boehm, agradecido, iba a hacerse cargo. De este modo, fueron dos las
sociedades psicoanalíticas las que cada una a su modo
contribuyeron al «salvamento» del psicoanálisis
durante los tiempos de Hitler. Cuando medio siglo después, la
APA (Asociación Psicoanalítica Alemana), en el 42º
Congreso Internacional de Psicoanálisis en Niza (2001) sea
nuevamente incluida como «Provisional Society of Council»
dentro la Asociación Psicoanalítica Internacional, las
diferentes versiones de la historia van a ser dejadas de lado como si
nada hubiese ocurrido[25].
De este modo
permanece fuera de discusión lo que en el fondo fue una ruptura
en la historia del Psicoanálisis, que empezó con la
exclusión de W. Reich de la Asociación
Psicoanalítica Alemana y de la Asociación
Psicoanalítica Internacional, que alcanzó su punto
culmine con el ingreso de la APA al Instituto Göring, esa ruptura
fue con la izquierda freudiana que representaba a los
«psicoanalistas políticos». Otto Fenichel
había previsto este final, cuando se encontraba cerca de su
muerte. En su última carta escrita desde Los Angeles el 14 de
julio de 1945 para la izquierda freudiana: «El desarrollo del
Psicoanálisis en el mundo y particularmente en Alemania ha
equivocado su camino por el cual es necesario luchar. No tanto por el
correcto uso del Psicoanálisis en la Sociología, sino
aún más para la continuidad de Psicoanálisis
Freudiano»[26].
Título originial: Psychoanalyse und Nationalsozialismus. Verbot oder Anpassung? Bruch oder Kontinuität?.
Autor: Bernd
Nitzschke. Oriundo de Alemania. Actualmente vive en Düsseldorf,
Alemania. bernd.nitzschke@t-online.de(link sends e-mail)
Traductor: Leandro Levi leandrolevis@gmail.com(link sends e-mail)
Bibliografía
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das Leben auf eines sehr merkwürdige Weise weiter. Zur Geschichte
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Felix Boehm. Bericht vom 21.8.1934 über die Ereignisse 1933-1934. Inédito
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Schultz-Hencke. Die Tüchtigkeit als psychotherapeutisches Ziel.
Zentralblatt für Psychotherapie 7/1934, 92. Inédito
Helmut Thom y
Horst Kächele. Lehrbuch der psychoanalytischen Therapie, Bd. 1
Berlín/Heidelberg/New York 1985, XII. Inédito
Jung, C. G. Geleitwor. Zeitschrift für Psychotherapie. 6/1933, 139f. Inédito
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Bernd Nitzschke. Der Fall W. Reich. Beiträge zum Verhältnis
von Psychoanalyse und Politik. Frankfurt a.M.2002. Inédito.
Korrespondenzblatt – Internationale Zeitschrift für Psychoanalyse 24/1939, 366. Inédito.
Kurt Gauger. Psychotherapie und politisches Weltbild. Zeitschrift für Psychotherapie 7/1934, 159. Inédito.
Matthias Heinrich
Göring. Weltanschauung und Psychotherapie. Zeitschrift für
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Schröter. Manichäische Konstruktion. Kritik an zwei Studien
über W. Reich und seine Konflikte mit der DPG/IPV (1933-34), in:
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Reichmayr), Frankfurt a.M./Basel 1998, 103, 119. Inédito.
Rainer Funk. El
rol de Erich Fromm en la fundación del I.F.P.S. Documentos
tomados de los Archivos de E. Fromm en Tubinga. Lectura presentada en
el taller de la Fundación e Historia del IFPS. 10º Foro
Internacional de Psicoanálisiis, del 5 al 9 de Mayo de 1998,
Madird.
Regine Lockot. Die
Reinigung der Psychoanalyse. Die Deutsche Psychoanalytische
Gesellschaft im Spiegel von Dokumenten und Zeitzeugen
(1933-1951)» Tubinga, 1994.
Sigmund Freud.
Amorrortu. Volúmen XVIII. Traducción de José L.
Etcheverry 2º Edición 12º reimpresión 2007.
[1]
Versión revisada y condensada del aporte titulado
«¿Salvado o arrasado? El Psicoanálisis en los
tiempos de Hitler» publicado en el año 2003 en la Revista
de Psicología Política (Jg, 11, Heft 1-3, 121-144).
[2] E. Jones. » Vida y obra de S. Freud « Editorial Salvat: grandes biografías. Página 534
[3] E. Jones «Vida y obra». Traducción propia. Cf. pág.535
[4] Mencionado en
el libro de Regine Lockot en Alemán en el original: «Die
Reinigung der Psychoanalyse. Die Deutsche Psychoanalytische
Gesellschaft im Spiegel von Dokumenten und Zeitzeugen
(1933-1951)» Tubinga, 1994.
[5] Rainer Funk.
El rol de Erich Fromm en la fundación del I.F.P.S (según
sus siglas en Inglés International Federation of Psychoanalytic
Societies). Documentos tomados de los Archivos de E. Fromm en Tubinga.
Lectura presentada en el taller de la Fundación e Historia del
IFPS. 10º Foro Internacional de Psicoanálisiis, del 5 al 9
de Mayo de 1998, Madrid.
[6] En Inglés en el original. Funk, Erich Fromm’s Role, 192.
[7] Karen Brecht.
«Hiergeht das Leben auf eines sehr merkwürdige Weise
weiter». «ZurGeschichte der Psychoanalyse in
Deutschland», Hamburg 1985, 94.
[8] Carta de S. Freud a M. Eitingon del 17 de abril de 1933.
[9] Brecht. Geschichte der Psychoanalyse, 69.
[10]Brecht. Hier geht das Leben auf eine sehr merkwürdige Weise weiter.... 103.
[12] Gudrun Zapp.
Psychoanalyse und Nationalsozialismus. Untersuchungen zum
Verhältnis Medizin/Psychoanalyse während des
Nationalsozialismus», Kiel 1980, 66..
[13] E. Jones.
Vida y obra de Sigmund Freud. Editorial «Biblioteca Salvat de
Grandes Biografías». Página 535
[14] El
término alemán «Weltanschauung» es de una
riqueza de sentido que el español no condensa en un solo
término. Es por eso que es necesario ahora aclarar que
«forma en que se ve el mundo» y
«cosmovisión» responden al mismo término
alemán: Weltanschauung. [N. del T.]
[15]Matthias
Heinrich Göring. Weltanschauung und Psychotherapie»
Zeitschrift für Psychotherapie 9/1936, 290f.
[16] Jung, C. G. Geleitwor. Zeitschrift für Psychotherapie. 6/1933, 139f.
[17]Kurt Gauger. Psychotherapie und politisches Weltbild. Zeitschrift für Psychotherapie 7/1934, 159.
[18] Korrespondenzblatt. Internationale Zeitschrift für Psychoanalyse 24/1939, 366.
[19] Carl Müller-Braunschweig. Geleitwort des Herausgebers. Zeitschrift für Psychoanalyse 1/1949, I.
[20] Michael
Schröter. Manichäische Konstruktion. Kritik an zwei
Studien über W. Reich und seine Konflikte mit der DPG/IPV
(1933-34), in: Psyche 52/1998, 181
[21]Helmut Thom
und Horst Kächele, Lehrbuch der psychoanalytischen Therapie, Bd.
1. Berlin/Heidelberg/New York 1985, XII. Existe versión en
español. Editorial Herder S.A. Año: 1989.
Barcelona. Traductores: Gabriela Bluhm-Jiménez y Dr. Juan Pablo
Jiménez de la Jara.
[22] Helmut Thom y
Horst Kächele, Lehrbuch der psychoanalytischen Therapie, Bd. 1
Berlín/Heidelberg/New York 1985, XII
[23] En Inglés en el original.
[24] Analista fiel, auténtico y legítimo [N. del T.]
[25] Kall Fallend
y Bernd Nitzschke. Der Fall W. Reich. Beiträge zum Verhältnis
von Psychoanalyse und Politik. Frankfurt a,M.2002..
[26]En ingles en el original. Fenichel, Rundbriefe Band 2, 1945.
Psicoanálisis y nacionalsocialismo: ¿Prohibición o ajuste? ¿Ruptura o co...
https://plus.google.com/103540530202290141865
Introducir una
nueva indagación a un tema que pone en el centro de la
cuestión la relación del psicoanálisis con...
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Psicoanálisis y nacionalsocialismo: ¿Prohibición o ajuste? ¿Ruptura o continuidad?
ANALISIS DE OSVALDO BUSCAYA
a) Psicoanálisis y nacionalsocialismo: ¿Prohibición o ajuste? ¿Ruptura o continuidad?
Pues,
en los antecedentes de la civilización patriarcal las tribus en sus
luchas eliminaban totalmente a los vencidos hasta, que surge la
“brillante idea” de no liquidar los vencidos sino utilizarlos como
esclavos. En este procesamiento de la civilización amo/esclavo,
señor/siervo, etc., se “evoluciona” en los métodos de poder hasta la
revolución industrial, donde la masa servil se transforma en consumidor
mediante lo denominado representante/representado, en la corriente
económica oferta/demanda. Esta “evolución” de los precedentes siglos,
sistemáticamente, lleva a una superproducción inconmensurable de bienes
y servicios de todo uso, y orden sobre la creciente superpoblación, que
le permite al poder mundial globalizado patriarcal con su control
mediático, utilizar la carencia de un pensamiento crítico de una masa
mundial adormecida y conformista, para retornarla a su rol real de
esclavitud, mediante la irreversible mundial destrucción
económica/social con el siniestro exitoso experimento del falso
discurso del elemento denominado coronavirus.
Es
interesante como el siniestro poder mundial globalizado patriarcal
induce una fe ciega sobre un ideario atentatorio contra la dignidad e
integridad adquiriéndolo como verdades incuestionables apartadas de
todo razonamiento racional, aplicando los fundamentos científicos
psicoanalíticos, pues la ciencia no posee ética ni moral, como en el
proceso de la 2da guerra mundial.
“A
principios de 1933, Jung empezó a ser considerado en Alemania como el
renovador de la psicología y de la psiquiatría, para rescatarlas del
estado de descomposición en que habían sido sumergidas por los judíos
psicoanalistas. En ese mismo año, empezaron a ser quemados públicamente
los libros de Freud. En junio de 1933, C. G. Jung fue nombrado
presidente de la Sociedad Médica de Psicoterapia, que agrupaba
asociaciones de diversos países. Los miembros de la Asociación
Psicoanalítica Alemana, que tenía más de veinte años de existencia, la
fueron abandonando, voluntariamente o por presiones políticas, e
ingresaban a la Sociedad Alemana Médica de Psicoterapia, que se formó
en 1934. (El inconsciente ario tiene un potencial mayor que el judío. A
mi juicio, la actual psicología médica ha cometido un grave error al
aplicar indiscriminadamente categorías, que ni siquiera son válidas
para todos los judíos, a los germanos cristianos o eslavos. Estas
palabras fueron escritas por C. G. Jung en enero de 1934. Ellas dejan
ver el rumbo que tomaría la psicología en Alemania durante los once
años en que el país estaría dominado por los nacionalsocialistas.
Mientras Sigmund Freud y Alfred Adler, quienes pertenecían a la
comunidad judía de Viena, eran blanco de numerosas difamaciones que
aparecían en periódicos nacionales y en revistas especializadas, Jung
sintió que había llegado la hora en que el régimen alemán lo habría de
reconocer como uno de sus grandes intelectuales). Como presidente de
esta sociedad fue designado el psiquiatra M. H. Goering, primo del
ministro de Aviación, Hermann Goering, el hombre más importante del
régimen, después de Hitler. Diversas publicaciones muestran que Jung
participó voluntaria y conscientemente en las difamaciones que se
divulgaban sobre los judíos y el psicoanálisis. A principios de 1934,
en su artículo "Sobre la situación actual de la psicoterapia", afirma
que el judío, como "nómada", no puede crear jamás una cultura propia;
para desarrollar sus instintos y talentos tiene que apoyarse en un
"pueblo anfitrión más o menos civilizado".
En
realidad, el siniestro poder mundial globalizado patriarcal, en esta
3ra etapa, perfecciona las experiencias de la 1ra y 2da guerras
mundiales, cuyos antecedentes los tenemos desde antiguo con las elites
sociales validadas mediante el adoctrinamiento político/religioso como
método de control económico/social creando opinión y valores o reglas a
favor de los intereses de las clases dominantes. El siniestro poder
mundial globalizado patriarcal, hoy, controlando los medios de
comunicación en esta era de la inmediatez con las noticias
instantáneas, posee un arma efectiva con el siniestro adoctrinamiento
subliminal; un elemento de poder con el que manipulan y alteran lo real
abrumando mediante un ideario, en esta ingeniera social, sobre el
pensamiento colectivo construyendo una realidad artificial, tal el
siniestro discurso del elemento denominado coronavirus. Las naciones
eran controladas política y socialmente inculcando idearios de
nacionalismos, patriotismo, lucha sindical, pero, hoy, el control de
una nación está en manos de los grandes poderes económicos globalizados
del patriarcado, utilizando la clase política de cada país subordinada,
para anular el pensamiento crítico y mantener esa casta de dirigentes
políticos/seudocientíficos, que silencian la rebeldía, creando normas,
leyes de coacción, DNU, confinamientos, cercenamiento de libertades,
amenazas, censuras, etc.
Así,
sin resistencia de la opinión pública la clase política de cada país
subordinada, controlan los estamentos estatales como la sanidad, la
energía, comunicaciones monopolizando sectores con ayuda, uso y
protección del propio estado haciendo de ello un negocio de gran
rendimiento con la protección del siniestro discurso del elemento
denominado coronavirus.
Así,
está todo bajo una manipulación encubierta con un poder de decisión
individual nulo, viviendo una realidad artificial creada a medida para
fomentar el confinamiento y la obediencia. A partir del año 2020 como
esclavos del siglo XXI no arrastramos cadenas, pero sin libertad
estamos todos con nuestras vidas acotadas, con lo justo para poder
vivir, fomentándonos necesidades de higienes, distanciamientos, etc.
para estar “entrampados” creándonos una realidad con el siniestro
discurso del elemento denominado coronavirus, que evitan el pensamiento
crítico.
Así,
han logrado mediante la globalización, “especímenes” carentes de
cualquier sentimiento crítico (zombies), incapaces de considerar la
verdad, manipulados por ideas que no entienden, pero que estúpidamente
defienden llegando a un completo lavado de cerebro voluntario. Estos
especímenes logrados por el poder mundial globalizado patriarcal, son
fácilmente manipulables como instrumentos ejecutores de
políticos/seudocientíficos y financieros, que defienden incluso aquello
que los perjudica y no admiten ni aceptan ninguna idea contraria a la
que le han inculcado, con lo siniestro del discurso del elemento
denominado coronavirus.
Las
clases políticas/seudocientíficas, unos vividores, inventan y fomentan
ideologías populistas, que no sienten para manipular a los
especímenes/esclavos/zombies y mientras estos esperan de las clases
políticas/seudocientíficas el altruismo, su único objetivo es el
beneficio propio. Las clases políticas/seudocientíficas,
intrínsecamente poseen una doble moral, es decir tienen dos caras y
para aglutinar a la masa de los especímenes/esclavos/zombies crean
enemigos, fomentan odios, mienten y hacen cualquier acto populista, que
tanto gusta a los especímenes/esclavos/zombies para ser elegidos. El
siniestro poder mundial globalizado patriarcal no responde a ninguna
ideología, destruyéndonos con sus atropellos y abusos que no pueden ser
castigados al tener el control y creación de las leyes internacionales.
Hoy, las decisiones de las naciones las toman ellos como impulsores y
creadores del siniestro adoctrinamiento subliminal por medio de
marketing, estados y medios de comunicación.
La
"aplicación" del siniestro poder mundial globalizado patriarcal,
utiliza el espectro caduco de lo biológico, dónde la confusión y
desconocimiento de los "asesores científicos" y su carencia de
preparación intelectual atascados en la medicina clásica, es una
excelente manipulación, para éste "juego" de confinamiento,
cercenamiento de la libertad, reglas de protección, barbijos inútiles y
peligrosos “suministrándoles”, el propio poder mundial globalizado
patriarcal, reglas y orden de testeos a costo de la población (otro de
los “negocios”), hisopados, posibles vacunas, etc. Psicológicamente la
“realidad” del siniestro discurso del elemento denominado coronavirus
está en su diseño programado como tabú, es decir, en otro lugar de
pertenencia, que “ignoran” los “asesores científicos” de la medicina
clásica, y en lo personal, científicamente es una experiencia única por
su imposición mundial globalizada, para un análisis psicoanalítico
(Freud) en la continuidad y desarrollo de este proceso gestado por el
siniestro poder mundial globalizado patriarcal, utilizando a los
gobiernos con sus clases políticas/seudocientíficas para incentivar el
siniestro discurso del elemento denominado coronavirus. La pulsión de
muerte no es un hecho biológico, pues el aparato psíquico humano está
subordinado a un automatismo de repetición ciego como “un animal
enfermo de muerte”.
Vivir es un experimento, pues sigamos en él.
Quienes
se adjudican representar el psicoanálisis en el orden mundial y local,
debieron evaluar, precisamente, el proceso iniciado al comienzo del año
2020 en el programa del poder global patriarcal sobre la masa
planetaria en el Siglo XXI.
Hoy, ya es tarde.
Osvaldo V. Buscaya (1939)
Psicoanalítico (Freud)
*FEMENINOLOGÍA
*Ciencia de lo femenino
26 de abril de 2023
CABA
Argentina